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Valera y el día de Andalucía.
01.03.2007 - Escrito por: José Peña González
En un día tan señalado para todos los que formamos parte de la Comunidad Andaluza, releo una obra poco conocida de un autor injustamente ignorado llamado Esteban Salazar Chapela, andaluz de Málaga donde nace el año 1900 y tras una vida rica y compleja muere en Londres en 1965. Andaluz como Valera, diplomático como D. Juan, escritor de brillantes quilates como el autor de Pepita Jiménez, Salazar Chapela fue uno de los últimos exiliados de la generación del 27.Su obra amplia y diversa comprende multitud de artículos de prensa, ensayo , memorias sobre la guerra civil, cuentos , semblanzas de escritores contemporáneos y coetáneos, novelas, obituarios. Nada le resultaba ajeno y en todos los géneros dejo prueba evidente de su talento y elegancia. Y retratos al minuto de españoles egregios. Entre ellos unos trazos vigorosos sobre nuestro Don Juan Valera, recogidos en su libro sobre “Los años veinte”.
El malagueño ve así a nuestro insigne paisano.Cito textualmente: “¡Qué andaluz es D. Juan Valera ¡El escepticismo de su raza, acaso la mas incrédula de España, gana toda su obra de una risa maligna y cruel, risa irreverente, profanadora, negativa e impía. El escepticismo de D. Juan Valera no es el pesimismo, el cual es, acaso, la más acendrada forma de religiosidad.Valera en nada cree, ni tampoco lo lamenta; en nada espera, ni le aflige tampoco. Detrás de su carátula maliciosa, solo hay un vacío desolador, una oquedad fría y desierta más terrible que la desesperación. Su arte es ficticio juego, pura broma y fría diversión. Nuestro autor no podía proyectar sentimientos e ideas en que no creía, y de los cuales se burlaba; solo urdía ficciones de sentimientos e ideas con irrespetuosa travesura. Una zumba fina, impalpable, lo empapa todo, cala hasta los huesos, hiela el alma. Estamos aquí muy lejos del humorismo, del volterianismo y de la ironía, formas todas de una pasión combatiente, hechas de esperanza y de fe. La inteligencia de D. Juan Valera es una inteligencia maligna y suspicaz, de rastrera perspicacia psicológica, de notable inepcia para la vida ascendente y grave. Solo ve la humanidad escondida en dos grandes porciones: la de los avisados y los ilusos, los tontos y los listos. Toda su obra esta empapada de esta idea mezquina y soez”. Semblanza valeriana tan profunda como desconocida para el gran publico aunque muy conocido y objeto de análisis para los buenos conocedores y amigos de Valera, agudo dibujo de un “convicto de la libertad”, como llama a Salazar la profesora Montiel, y buen conocedor de la literatura española, que coincide con Valera, entre otras cosas, en su pasión por la vida que antepone a su vocación de escritor y a su profesión de diplomático. Más o menos como Don Juan y que como el egabrense podía hacer el Carpe Diem el lema de su vida.
José Peña González. 28 de febrero 2007. DIA DE ANDALUCIA.
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