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La lección de un joven "maestro".
08.01.09 ENTRE INCIENSO Y AZAHARES - Escrito por: Felipe Osuna Manjón-Cabeza
 No ha hecho más que cesar el soniquete de zambombas, panderetas y botellas de anís rascadas con cucharillas cuando el olor a incienso y azahar invadió el salón de actos del Centro Filarmónico egabrense como si la primavera intentara hacerse un hueco entre los fríos días del mes de enero y es que la Semana Santa, que todavía parece lejana, es un modo de vida para muchos de los egabrenses ligados al movimiento cofradiero de una ciudad que hace poco tiempo viera nacer a una nueva hermandad. Y como de hermandades va este artículo -aunque más adelante se haga un inciso en el mundo taurino y en la historia que envuelve al pasodoble que pone banda sonora a nuestro coso taurino- diremos que con motivo de los actos que la Real Hermandad y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo del Calvario, María Santísima de la Concepción Y Nuestra Señora del Rosario, Madre de la Iglesia celebra con motivo de su XXV aniversario fundacional se pronunció ayer una interesante conferencia en el lugar anteriormente citado bajo el título «La música procesional de David Gómez Ramírez» compositor de origen sevillano, aunque residente en valencia, que en estos días se encuentra en nuestra ciudad para impartir el primer curso de dirección musical que en las páginas de nuestro periódico virtual ya hemos hecho mención con anterioridad.
Ante un auditorio con poco público, en el que no faltaron los melómanos egabrenses de la música cofradiera, el joven compositor –de unos treinta años de edad- y presentado por Alejandro Jiménez Jurado, impulsor tanto de la iniciativa como del curso que comienza en el día de hoy, profundizó en la evolución de sus propias partituras, en una charla en la que no faltaron las palabras de elogio a los grandes compositores de este género que se han ganado con creces el tratamiento de don en mayúscula. Nombres como D. Manuel López Farfán, D. Pedro Gámez Laserna, D. Ricardo Dorado y D. Pedro Morales –éste último su maestro- han influenciado notoriamente en el conferenciante, como reconoció en diversas ocasiones.
Ya en su intervención, el compositor profundizó en su trayectoria musical que se ha destacado por su paso en las distintas formaciones musicales del género de banda de música. David Gómez realizó su primera composición con tan solo 14 años de edad (estrenándose en el año 1994), que llevó por nombre ¡Ay, Virgen del Patrocinio! y que constituyó la primera grabación de una pieza musical salida de su puño, en la que participó la Banda de Música de Ntra. Sra. de las Mercedes de Bollullos Par del Condado (Sevilla). Solo un año tardaría en volver a estrenar otra pieza musical cofradiera que realizó bajo el encargo de la hermandad de la Vera+Cruz de Tocina (Sevilla). Se trata de una partitura en la que, por primera vez en su carrera, introduce cornetas. Fruto de este trabajo mantiene su primer contacto con el maestro Pedro Morales, autor de numerosas marchas como «La Soledad», «Juan Jesús», «Señorita de Triana», etcétera. Cuenta el propio compositor que en esta primera etapa de su carrera musical se dedica a experimentar con la armonía e instrumentación.
Tras un año de composiciones centradas en dos hermandades de gloria llegaría su primera partitura para la Semana Santa gaditana, dedicada a la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de Las Cigarreras, caracterizada cor la inclusión de elementos sonoros tan peculiares en Cádiz como son las horquillas que utilizan los cargadores. Como no podía ser de otra forma, el día de su estreno en el Gran Teatro Falla varios músicos utilizaron las horquillas en la interpretación de la pieza. Ese mismo año de 1998 también llegó la primera marcha para una hermandad sevillana, bajo el título «Aurora en su Resurrección», la pieza fue dedicada a la Titular de la Hermandad de la Resurrección e incluida en el primer trabajo discográfico de la Banda de Música de Ntra. Sra. de la Victoria “Las Cigarreras” de Sevilla, cuyos sones fueron reproducidos durante la conferencia para ilustrar al público asistente, mientras explicaba varios apuntes sobre las tonalidades empleadas y las dificultad que supone para los músicos la interpretación de algunos fragmentos de la composición. De ahí surgirían correcciones para un futuro en el resto de sus pentagramas. Ese mismo año de 1998 David Gómez también recibió un encargo de la hermandad onubense del Stmo. Cristo de las Tres Caídas y Mª Stma. Del Amor, para confeccionar una nueva marcha que llevaría por título «Madre y Señora del Amor».
Antes de finalizar la pasada década de 1990 comenzó a escribir una marcha que sería estrenada en el año 2000, dedicada a la Virgen de la Salud de la hermandad sevillana de San Gonzalo, siendo incluida en el disco de la Banda de Música “Santa Ana” (Dos Hermanas) y, a la misma vez, compone otra partitura para el Cristo Amarrado a la Columna que labrara Francisco Buiza, titular de la hermandad de “Las Cigarreras” (Sevilla) y que recibió por título «Jesús, Atado a la Columna». Según describió el compositor se trata de un «pequeño poema sinfónico a modo de marcha fúnebre», en otras palabras, una obra experimental de 7 minutos de duración que, paradójicamente, solo se ha interpretado una vez.
En el Año Jubilar el autor vuelve a enfrentarse con un nuevo reto como es la composición de dos saetillas para música de capilla, que fueron dedicadas al titular de la hermandad de El Silencio de la localidad de Tocina (Sevilla). Unas piezas, que según reconoce Gómez, debió componerlas pensando en una banda de música más que en un grupo de oboes y fagots. De ahí a la próxima obra musical un hecho trascendental marcaría la trayectoria del joven músico, que tiene que ver con el fallecimiento de un compañero de su querida banda de música de Las Cigarreras, dos semanas antes del Domingo de Ramos del año 2001. En tan solo 7 días sale de su puño una nueva marcha con la que pretende homenajear a Rafael Capilla, por eso la denomina simplemente «Capilla». Qué mejor estreno podría tener que sonar mientras se producía la entrada en Campana (Carrera Oficial de Sevilla) del paso de palio de la Virgen de la Victoria, en la tarde del Jueves Santo. Esta composición puede escucharse en la página de Patrimonio Musical (www.patrimonio musical.com), de la que forma parte nuestro colaborador Mateo Olaya.
Inspirado en compositores de la talla de Gámez Laserna, David Gómez elabora una nueva marcha bajo el título «Silencio en Tocina», donde incluye la saetilla que escribió dos años antes para la misma imagen.
La conferencia está a punto de llegar a su fin, pero todavía quedan tres composiciones por describir -aparte del pasodoble dedicado a la Plaza de Toros de Cabra- como son las dedicadas a la titular de Ntra. Sra. del Rosario y Ntra. Sra. de la Palma de Sevilla, ambas con motivo de su Coronación Canónica y «Mayor Dolor de María» para la Soledad del Gran Poder de Tocina, su última obra cofradiera hasta la presente.
A petición del público, Gómez contó la emotiva historia que envuelve la composición del pasodoble «”Er” Zarandilla», que posteriormente se denominaría «Plaza de Toros de Cabra». Unas anécdotas que prefiero no contarlas en estas líneas, sino invitar a todos los interesados a que escuchen su descripción en palabras del propio autor, que pueden verse y escucharse en el segundo de los vídeos incluidos al margen.
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