A diferencia de otros textos que hemos traído a este periódico, sobre este que comienza «En la provincia de Soria» hemos encontrado muy poca información (1).
El tema es el de la honra, concretamente, el de una viuda que no acepta a un hombre casado. El romance puede dividirse en dos partes: en la primera, se nos presenta el lugar (provincia de Soria), el personaje de don Pedro y el problema (su mujer está enferma), por lo que él va a la capital a buscar un ama, que será una viuda recomendada por un amigo. La segunda parte (a partir de «Fueron a casa de la viuda») se centra en el personaje de la viuda, Isabel, y muestra el motivo principal de la trama («a don Pedro le agradó») que termina con la propuesta lasciva de don Pedro que Isabel rechaza. Los últimos versos contienen una fuerte nota moral (la mancha). La informante, Carmen Cabrera Baltanás, la escuchó en los años 70 del siglo pasado, pues la cantaban las mujeres en la recogida de aceituna, y decidió pasarla a papel (2).
En la provincia de Soria junto a la capital,
habitaba un matrimonio que era rico su caudal.
Esa doña Caridad siempre estaba delicada,
darle el pecho no podía a un niño que ella criaba.
Al otro día siguiente, don Pedro el coche arregló,
en compaña de su hijo para Soria se marchó.
A la entrada de la capital con su amigo se encontraba,
después de saludarse de sus asuntos hablaban.
?Don Pedro, me extraña mucho verte por la capital.
?En busca de un ama vengo que mi esposa enferma está.
?Yo conozco a una viuda que tiene muy buena edad,
tiene diecisiete años y al niño puede cuidar.
Fueron a casa de la viuda y a don Pedro le agradó,
ajustaron lo que ganaba, a su casa se la llevó,
y a la entrada de la casa doña Caridad decía:
«me ha traído una ama tan buena como yo la apetecía».
Cuando sale de paseo con el niño y con el amo
no hay otra cosa que ver, que al verla tan bella y guapa:
?Isabel del alma mía, yo por ti me abraso de amor,
veinte mil duros te doy si logro tu atención.
?Don Pedro, yo soy muy pobre, pero no mancho mi honor
y, además, a la señora no le hago esa traición.
?Isabel, no seas tonta y mira lo que te digo,
disfrutarás mis caudales y también buenos vestidos.
?Yo desprecio los vestidos, los de rosa y los de seda,
que la que mancha su honra siempre la mancha le queda.
NOTAS:
(1) ATERO BURGOS, Virtudes (2003): Manual de encuesta del romancero de Andalucía. Universidad de Cádiz, p. 117. Únicamente reproduce los dos primeros versos (con la variante de «que era muy grande su caudal»), después relata de qué trata el romance con la indicación de que se interrumpe cuando el amigo le recomienda una joven. Atero clasifica este romance de cordel y en la temática de casos y sucesos. No se indica lugares donde se hayan registrado.
(2) Conservamos este documento.
Recordatorio: estas grabaciones se realizaron en Lucena (Córdoba) entre 1999 y 2003. Las canciones populares comparten espacios distintos, desde la misma provincia de Córdoba y Andalucía hasta el resto de España e, incluso, Hispanoamérica.