Estas grabaciones se realizaron en Lucena (Córdoba) entre 1999 y 2003. Las canciones populares comparten espacios variados, desde la misma provincia de Córdoba y Andalucía hasta el resto de España y lugares de Hispanoamérica.
MILAGRO DE SAN ANTONIO. LA DEVOTA DE SAN ANTONIO
En Cádiz hay una mujer, viuda y con una hija,
joven de buen parecer, quince años tiene Rita.
Devota de un Santo era aquella joven,
lo tiene en su pecho como corresponde.
Lo tiene en su dormitorio, en una urna metido,
le rezaba a San Antonio: ?Concédeme lo que os pido,
de que mi mamá cambie el pensamiento,
quiere comerciar y comer de mi cuerpo.
Y al momento entró la madre, dice: ?¿Qué has pensado, Rita?
Que estamos pasando hambre siendo tú tan rebonita,
que hay un caballero que te quiere dar
cantidad en dinero por tu mocedad.
Rita contestó, llorosa: ?Eres mala madre,
que en carne de tus entrañas quieres venderme la sangre,
que quieres que yo dé por el dinero
entregue mi honor sobre un caballero.
El caballero contesta: ?Yo no mancho vuestro honor,
yo paseaba la puerta, hizo señas y me llamó.
Yo entré en tu casa sobre lo seguro,
le entregué a tu madre cuatrocientos duros.
?Me venden como a una esclava, conmigo podéis contar,
pero sacarme de casa de al lado de mi mamá;
y, si sois soltero, os podéis casar,
sólo san Antonio lo puede premiar.
?Yo no puedo ser casado, ?el caballero contesta?,
si a monja queréis entrar, yo hablaré con la abadesa,
yo pagaré el dote, será la mejor,
monja serás siempre y Antonio en tu honor.
Viendo que llega la noche y no viene el caballero
llegó la hora y abrió la puerta del aposento
y había a la entrada abierta una carta,
la coge y sorprende un bicho que arrastra:
?Levanta, mala mujer, no tienes perdón de Dios,
tu hija ya está salvada y ahora te devoro yo.
La cogió del cuello, la descoyuntó
y ese fue el ejemplo que con ella obró.
Aunque nuestra informante, Carmen Pineda Pérez, llama a esta canción «Milagro de San Antonio», tomamos el título de «La devota de San Antonio» con el que se reproduce en Patrimonio oral de la provincia de Córdoba: el romancero de ciego (1). Carmen Pineda (1923-2015), de Lucena, afirmó que la cantaba su abuela Rosalía, por lo que puede datarse, al menos, desde el siglo XIX.
Se trata de un texto que llama la atención por su carácter dialógico y teatral, propio de los romances de ciego, en el que los personajes tienen voz propia junto a un «narrador» que nos plantea la situación y da la lección moral. El aspecto teatral está unido al de los diálogos, como ese «Levanta, mala mujer» del momento final, que nos ayuda a imaginar a la madre cayéndose tras descubrir al bicho que se arrastra, que sería una serpiente; a ello se suma el uso de la emoción y de la intriga que desarrolla el texto, por ejemplo, cuando Rita comenta que su madre quiere comerciar con su cuerpo; en ese momento, el oyente no conoce quién es la persona que pretende abusar de Rita, hasta que más tarde las palabras de la madre presentan al caballero y, finalmente, se desvela quién es él.
En el ya citado libro de Patrimonio oral de la provincia de Córdoba: el romancero de ciego, se recogen cuatro versiones. La nuestra comparte elementos de las de Fuente Obejuna (es la única en la que aparece la intervención de la madre: «Qué has pensado, Rita, / que estamos pasando hambre / siendo tú tan rebonita», como en nuestra aportación) y de Montemayor. Sin duda, es la parte final la que diferencia nuestro texto de los recogidos en Patrimonio oral de la provincia de Córdoba: en el nuestro la madre es cogida por el cuello, mientras que las otras versiones la toman por el pelo; en la nuestra se emplea el verbo «descoyuntó» y en las otras «degolló» y «quebrantó»; y, quizás, lo más significativo sea que en nuestro texto lo ocurrido se denomina «ejemplo», en cambio, en las otras versiones se emplea el término «castigo».
(1) ALONSO FERNÁNDEZ, A., ALONSO MORALES, M., CRUZ CASADO, A., y MORENO MORENO, L. (2018): Patrimonio oral de la provincia de Córdoba: el romancero de ciego. Diputación de Córdoba, pp. 265-269.