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La "Manhattan School of Music" de Nueva York, dio un segundo concierto en Cabra, el 24 de mayo de 2021
27.05.21 - Escrito por: Rafael Nieto López
Tras su espléndido éxito en la presentación en Cabra de dos alumnos de la famosa "Manhattan School of Music" de New York el pasado día 21, estos alumnos formando un dúo de violín y piano, hicieron un segundo concierto en el Teatro "El Jardinito", el 24 de mayo, con otro lleno de espectadores, con el aforo estipulado por las normas gubernamentales de la pandemia COVID-19.
Estos dos alumnos, de los que en mi crónica del concierto del 21 hice una reseña de sus currículos son, Carlos Rafael Martínez Arroyo, violinista (Cabra-1999) y Seth Schultheis, pianista (Baltimore-USA-2000), ambos dos figuras de la citada Escuela Superior de Música de Nueva York, lo que demostraron una vez más, ayer, en el concierto egabrense, en el que un silencio total acompañó la ejecución del programa, de grandísima altura, que presentaron y comento.
Las dos partes del mismo estuvieron configuradas por:
Sonata para violín y piano en RE MAYOR OP. 9, nº 3, del compositor barroco francés y violinista Jean Marie Leclair (Lyon 1697 - Paris 1764), con tres mov. (Adagio, Allegro y Allegro vivace). Obra deliciosa, de exigencias técnicas y virtuosismo violinístico, aunque el piano no se quedó atrás también en virtuosismo. Tras la ejecución se oyeron los primeros aplausos y bravos. La vida de este músico fue trágica ya que lo asesinaron y no se sabe el por qué.
Después, la perla de la noche, la bellísima Sonata para violín y piano nº 9 "Kreutzer" en LA MAYOR OP. 47 de L. v. Beethoven, compositor, dtor. de orquesta y pianista (1770 Bonn (Alemania) ? 1827 Viena) con sus mov. I. Adagio sostenuto-Presto II. Andante con variación III. Presto. Aquí, la frase "tanto monta, monta tanto" se puede aplicar al violín y al piano en la partitura de la obra en su ejecución, aunque es muy difícil para el violín por su exigente parte. También llama la atención su duración, alrededor de 40 minutos.
El primer movimiento es impetuoso, el segundo más delicado y el tercero alegre. El nombre de "Kreutzer" proviene de un violinista que jamás la tocó, porque la consideraba "intocable". No obstante el dúo la hizo impecable, maravillosamente bien, luciéndose los intérpretes, lo que el público reconoció y al final, tras la última nota, fue el delirio de palmas y bravos.
Diez minutos de descanso, comentarios entusiastas, por lo oído y:
Siguió la Sonata para violín y piano nº 2 en LA MAYOR OP. 100 de Johannes Brahms (Hamburgo 1833 ? Viena 1897) con los mov. I. Allegro amabile II. Andante tranquilo III. Allegretto grazioso que nos trajeron a un Brahms grandioso, clásico-romántico, sonando magnífica, al tratarse de una obra de cámara de enorme importancia. Fue dicha con mucho gusto y seguridad, cual era la tónica del concierto.
Finalmente, la Rapsodia para violín y orquesta nº 1 Sz 87 del compositor y pianista húngaro Bela Bartok (Sannicolau Mare-Imperio austro-húngaro 1881 - New York 1945), sirvió para que el violinista y el pianista, hicieran música folclórica húngara, sólo faltó bailar, en la que lucieron su saber y hacer. Qué perfección. Bela Bartok junto con Liszt, son considerados los dos grandes compositores húngaros.
Todo el concierto fue muy aplaudido, no faltando los bravos y los intérpretes saludaron muy agradecidos.
Era obvio que hicieran un bis y la delicadeza en grado sumo apareció con la interpretación del 2º mov. de la Sonata "Primavera" de Beethoven. Salimos de la Sala entusiasmados tras lo que habíamos escuchado en esta segunda velada del dúo de violín-piano de la "Manhattan School", concierto que repetirá en Sevilla el día 28 en el Teatro Maestranza y que auguramos un gran éxito, ante el público de la capital de Andalucía.
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