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Sonetos adolescentes
01.07.20 - Escrito por: Antonio Serrano Ballesteros
1
Siempre habrá una rosa perfumada
que al rosal y a su espina dé belleza.
Y también, una espina de tristeza
que preocupe a la rosa más colmada.
Siempre habrá una princesa encantada,
y un palacio perdido en la maleza,
y un príncipe que llegue con presteza
y deshaga el hechizo de su amada.
Siempre habrá algún profeta con voz rara
que en su fe intente a golpes de trompeta
librarnos del oprobio que nos tara.
Y siempre habrá por el cielo un cometa
que anuncie al relucir de forma clara
el nacimiento libre de un poeta.
2
Viviré con tu risa que es mi llanto
y, al vivir de amistad toda mi vida,
cambiaré la razón establecida,
que también es razón quererte tanto.
Pues, si de mi pasión callara el canto,
no tendría memoria convencida
en el amor que dona y cura herida,
que al infierno castiga o hace santo.
Viviré en mi llanto que es tu risa,
afinando mi sed tan imprecisa
en la voz eternal de tus violines,
para dar y tener siempre el sentido
libre de mí, cautivo en ti y perdido
en la luz de arrebol de tus jardines.
3
Yo quisiera morir, como semilla,
en un fragor ingrávido y fraterno,
desplegado a la luz y al calor tierno,
bien esparcido por cualquier orilla.
Todo mi ser sería albor de arcilla,
pulcra germinación de un rayo eterno,
principio sin raíz ni torvo averno
que forje desazón para la trilla.
Y fusionado con el universo,
con todo lo que soy y lo que ya he sido,
lograr mañana ser lumbre presente
de un nuevo mundo que reluzca inmerso
en un brote de espacio difundido
con mi amor, con mi tierra y con mi gente.
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