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Buenas tardes, Cristina...
13.12.08 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
"... que siga usted haciendo obras tan buenas". Fue la frase que utilizó el Cardenal Cañizares al despedirse de su entrevistadora Cristina López en la COPE. No soy muy adicto a escuchar esta emisora, sobre todo cuando sale a las ondas ese innombrable periodista de cuyo nombre no quiero ni acordarme. En esta ocasión me interesaba conocer algo más sobre el reciente nombramiento de Cañizares como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino en Roma.
Aunque el Cardenal primado de España seguirá todavía en Toledo, muy pronto habrá de marchar a Roma para encargarse de esa especie de ministerio que son las congregaciones de la Curia Vaticana. Una responsabilidad que han tenido otros representantes españoles y que, aún considerándose hasta ahora de segundo orden, se sitúa entre las primeras debido al impulso que quiere darle el propio Benedicto XVI empeñado en recuperar el papel de la liturgia en la Iglesia Católica. Precisamente Cañizares ha sido colaborador en estas lides con el mismo Papa quién dicen que llama a Cañizares "el pequeño Ratzinger".
Sus orígenes como teólogo progresista y su labor junto a otros destacados españoles que trabajaron con él, quedaron atrás cuando fue alcanzando puestos de relevancia entre la jerarquía eclesiástica.
Sin embargo, en estos comentarios, lo único que me gustaría decir es que, Dios quiera que al estar más cerca del Papa, pueda convercerle de la necesidad de quitar de enmedio de la cadena COPE a ese feroz lobo que cada mañana pone a temblar a media España y asusta a la otra que, lamentablemente es la que le escucha y sigue.
Ahora que estará en Roma y distanciado ya de los apoyos que inicalmente hizo al presentador que no quiero nombrar y por tanto de Rouco, esperemos que la Iglesia tenga a un buen teólogo, cardenal y arzobispo al frente de la Congregación que se encarga de la liturgia universal. Que sea un buen pastor para ese rebaño que se le encomienda que no es poco. Y sobre todo, que pueda decir adiós a quién abre las mañanas de la COPE, para el bien de la cadena y de la conferencia episcopal que la mantiene. Como decía un buen amigo y colaborador de LA OPINIÓN, no es de recibo que se mantenga este "escándalo de la COPE" en una Iglesia que tiene como misión anunciar la buena noticia de Jesús en medio de nuestro mundo. Así que esperemos que cambien las cosas.
Con mi más respetuoso afecto, permítame que le dese: Que le vaya bien, Monseñor.
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