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CUARTELILLOS
24.02.2007 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Y llegó ese Miércoles de Ceniza que muchos esperábamos como agua de mayo. Con él, la llegada de la Cuaresma se hace una realidad y, con ésta, la apertura de los múltiples cuartelillos que, diseminados por todo el centro de Cabra, dan a esta ciudad un aspecto totalmente diferente. Un aire nuevo. Incienso, marcha, vino dulce y montadito se convierten en toda una experiencia sensitiva que nosotros, los egabrenses, sabemos disfrutar como nadie.
Este año han sido 20 las hermandades que han decidido instalar el cuartelillo con los dos únicos fines que siempre se buscan cuando se abre un local de estas características: el primero, el sacar algún beneficio para poder costear la procesión de Semana Santa, el segundo, convertir al mismo en un lugar de encuentro, no sólo ya entre los diferentes miembros de la Hermandad, sino entre muchos de los cofrades, semanasanteros y admiradores de la Semana de Pasión que existen en Cabra y muchos pueblos y ciudades del alrededor.
Generalmente son casas modestas, locales abigarrados en los que el compartir una copa acompañada de una buena conversación cofradiera es algo más que un placer para los muchos que solemos frecuentar estos mágicos espacios que, suponen, sin duda, el preámbulo más egabrense que tienen nuestra Semana Santa.
Preámbulo en el que se debe intentar fomentar la hermandad, preámbulo en el que debemos caer en la conciencia de la importancia que tiene el hecho de que durante unos días muchas personas tiremos de un mismo carro con un objetivo común, preámbulo que nos debe servir para desterrar las estúpidas envidias, los asquerosos chismes así como el maldito correveidile con el que algunos capillitas, gracias a Dios muy poquitos ya, intentan hacer de la Cuaresma el mentidero más mentiroso de sus antojos capillitas.
Aún así, cualquiera de ustedes podrá observar, en la gran mayoría de los cuartelillos, un gabinete fantástico, sano, de hermandad, de verdadera convivencia. Donde el gran objetivo, ya lo he dicho, es hacer hermandad, hacer amigos. Disfrutar de las muchas tradiciones y virtudes que tiene nuestra tierra.
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