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Manuel Mora Mazorriaga
23.02.20 - Escrito por: @anrajimo / FAYE
 Hoy recordamos la figura de nuestro director, Manuel Mora Mazorriaga, que fallecía un 24 de febrero del año 2003, una fecha muy cercana a la del fallecimiento de su esposa Pilar González que había tenido lugar apenas un mes antes, el 30 de enero de ese mismo año.
Nacido en Cabra en abril de 1913, además de Presidente de la Fundación Aguilar y Eslava desempeñó numerosas responsabilidades de diversa índole en nuestra ciudad. Como él mismo decía fue de todo en Cabra "menos superiora de las Escolapias".
Fue director de nuestro periódico La Opinión - medalla de plata de la Ciudad de Cabra - que había fundado su padre Manuel Mora y Aguilar en 1912 y como propietario de la cabecera, en el año 2000 la cedió desinteresadamente a la Fundación Aguilar y Eslava, convirtiéndose en el primer periódico digital de Cabra y creando un foro - el Foro de La Opinión- que abrió este tipo de ventana participativa al debate local. Durante todos los años que estuvo al frente de La Opinión realizó un importante trabajo para que no se perdiera esta histórica cabecera de la prensa local en Cabra y la dirigió y costeó hasta que dejó de publicarse en 1989. Puso todo su empeño para que alguna vez volviera a recuperarse y de ahí que ahora, al cabo de veinte años que volviera a editarse digitalmente, lo recordemos por haber permitido que así fuera.
Manuel Mora Mazorriaga fue nombrado alcalde de Cabra, cargo que desempeñó desde el 11 de julio de 1945 hasta el 14 de noviembre de 1949. En 1946 representa a los municipios en las Cortes en calidad de procurador. Fue también presidente de los Cronistas Oficiales de Córdoba, así como académico de la Real Academia de Córdoba, donde ingresó el 31 de mayo de 1979. En su labor profesional fue director de oficina de la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba en nuestra ciudad.
Durante muchos años fue hermano mayor de la Real Archicofradía de Nuestra Señora, María Santísima de la Sierra, a la que se mantuvo siempre vinculado y en la que trabajó consiguiendo importantes logros que venían a continuar la estela que su padre, Manuel Mora y Aguilar, había dejado en el mismo desempeño con la Virgen de la Sierra.
Como presidente del patronato de la Fundación Aguilar y Eslava le tocó la difícil gestión del cierre del Real Colegio de la Purísima y adaptar el funcionamiento de la fundación para pasar a tener solo actividad cultural pues la educativa quedaba cerrada con la clausura del colegio. Mantuvo las relaciones entre Fundación e Instituto y también tuvo entre sus muchos logros, la exitosa celebración del tercer centenario de la Fundación en 1979. Especialmente complicada en su gestión fue la etapa en la que se intentó derribar el histórico edificio de Aguilar y Eslava por parte de la administración educativa, defendiendo los derechos de propiedad del mismo por la Fundación y consiguiendo que, finalmente, se mantuviera el edificio que desde finales del siglo XVII es propiedad de la Fundación Aguilar y Eslava.
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