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Sobre el Mausoleo de la Vizcondesa de Termens
13.09.19 - Escrito por: Redacción / Salvador Guzmán Moral
La finalidad primera del monumento era solemnizar la memoria de la difunta, por lo que el más importante de los escultores de su época se hizo cargo del proyecto. En el trasfondo de esta obra funeraria es perceptible matices espirituales, comunes a la causa y al efecto.
El complejo escultórico está realizado en mármol de Carrara y representa a las figuras yacentes de la vizcondesa y sus padres, presididos por una figura femenina que esparce flores. En las paredes se encuentran las obras en bronce, también de Benlliure, de Misericordia, que anteriormente ocupaban el friso del panteón, que continúa en el cementerio municipal, y dos puertas con ángeles del mismo. En un lado, adosado a la pared, también se encuentra un altar con la figura en mármol de la Virgen del Carmen.
La estructura simbólica del mausoleo original de la Vizcondesa de Termens ofrece tres niveles: histórico, intermedio y superior. El primer nivel o nivel histórico, se concreta en la representación de los cuerpos yacentes de la Vizcondesa y sus padres. Representa el nivel terrenal y en él destaca el naturalismo con que el escultor representa los rostros de sus protagonistas.
En este nivel histórico se reivindica el linaje aristocrático de la familia Giménez- Flores y para ello se sitúa en el nivel de los sarcófagos, en su frente debajo de la pareja de angelotes, el escudo del apellido Brito coronado con timbre vizcondal.
RELIEVES EN BRONCE
El nivel intermedio se dedica a reflejar la dedicación temporal de la Vizcondesa, por medio de la representación de las Obras de Misericordia como paso previo para alcanzar la inmortalidad. En el mausoleo de la Vizcondesa de Termens, son ocho relieves en bronce, que también se pueden interpretar como referencias a la vida de su promotora.
El nivel superior, es el nivel celestial con claros matices escatológicos ya que, realizado por el artista ante la exigente mirada de su promotora en vida, supone más que el tránsito a una realidad superior. La alusión a la esfera celeste se manifestaba en una bóveda constituida por seis bloques de mármol blanco de Chercos en la que se abría un óculo coronado por un cupulín de hierro forjado adornado con estrellas de seis puntas, cabezas de angelitos, y la cruz.
Benlliure es un escultor académico de fuerte inspiración clásica que vivió un modo de ser peculiar y actuó en consonancia de sus criterios estéticos, aunque inmerso dentro de una realidad temporal muy concreta, la crisis del cambio de siglo.
MARIANO BENLLIURE Y GIL
Mariano Benlliure y Gil (1862-1947) fue el último gran maestro del realismo y el más famoso e importante escultor de esta época. De la ingente producción del escultor valenciano, destacan sus monumentos funerarios. Mariano Benlliure participó en la Exposición Universal de París de 1900 y en la de Bellas Artes en el Palacio del Retiro que se celebró a continuación. El mausoleo dedicado al tenor Gayarre lo consagró como escultor.
Cuando en marzo de 1908 aceptó el encargo de realizar las obras escultóricas y arquitectónicas del panteón de la Vizcondesa de Termens, era ya un escultor afamado. Establecido definitivamente en Madrid, desde 1896, estaba inmerso en una etapa de éxitos que le había propiciado amistades entre los gobiernos de la Restauración y la Casa Real, que en ocasiones le encargaron directamente obras, junto a otras que tuvo que ganarlas en concurso frente a otros artistas.
Igualmente, al contemplar el altar de la Virgen del Carmen, quizás la obra más valiosa de las que conforma este mausoleo, se observa cómo el artista valenciano se aparta de la iconografía religiosa propia de la imaginería tradicional y utilizada repetidamente por él, para crear una representación extraordinaria de clara influencia modernistas.
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