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El arte del ocaso de un régimen
20.10.08 RINCÓN DEL ARTE - Escrito por: José Peña González
La Fundación Juan March presenta en su sede central d Madrid, un exposición con el sugestivo titulo de “La Ilustración Total” que reúne las principales obras del arte conceptual que se desarrolla en Moscú entre 1960 y 1990. Son mas de 200 piezas de 25 artistas conceptuales que trabajaron en la capital del extinto imperio soviético en un contexto cultural ideológicamente muy definido, como señala Boris Groys, el gran especialista en la materia y Comisario de la Muestra.
La biografía de Groys corre paralela a la situación social y política de la antigua URRS. Nacido en el Berlín Este en 1947 y formado en su juventud en la Unión Soviética , emigra a la Republica Federal Alemana, estando actualmente ejerciendo una Cátedra de Teoría de los Medios de Comunicación en la Universidad de Nueva York. Este itinerario biográfico le permite una visión de la cultura soviética que ha conocido in situ desde la perspectiva que da la distancia no solo física sino también ideológica.
La exposición es una reflexión grafica sobre lo que fue y también sobre lo que quiso ser el arte en el mundo comunista. Una cultura de masas y para las masas, lejos del elitismo propio del arte occidental y burgués. Para Groys los artistas que se presentan en esta exposición, casi todos desconocidos para el gran publico occidental, intentaron y en ocasiones lograron, trabajar al margen del oficialismo soviético y supieron crear un espacio cultural que rompía los esquemas de la cultura que imponía el sistema vigente. Tuvieron mucho de idealistas que intentan mostrar la falta de cimientos de la utopía artística que predicaba el sistema. A pesar de las muchas dificultades no se arredraron. De ahí que el Comisario Groys, los haya definido en uno de sus excelentes manuales como “los conceptualistas románticos moscovitas”.
En el catalogo señala que la gran diferencia entre el arte moderno occidental y el soviético consiste en que Occidente sigue manteniendo el cordón umbilical que le une a la Ilustración de forma independiente a las presiones políticas y económicas, mientras que en la URRS el materialismo dialéctico anuló las tesis de la lustración sustituyendo el conocimiento de lo real por la transformación e la misma realidad. Todo lo cual entra de lleno en la interpretación marxista de la historia. Como advertía Carlos Marx a Feuerbach, “hasta ahora los filósofos han interpretado el mundo. De lo que se trata ahora es de transformarlo”.
Esta “utopía transformadora” configuró el mundo del arte desde un planteamiento de totalidad. Había que mostrar la realidad artística e ideológica en su plenitud, incluyendo todos las posibles visiones artísticas que pudieran darse en base a las infraestructura social y económica dominante en cada momento. De esta disciplina se salen los “conceptualistas” que operan al margen e las estructuras oficiales y analizan con mirada critica no exenta de ironía una realidad que no tiene cabida en la cultura oficial del régimen.
Las principales figuras de esta amplia nomina de intelectuales presentes en la March son Kabakob, Bulátov, Bruskin y Mijailov.
Hoy estos nombres que jugaron n papel clave en la transformación del arte oficial soviético son ya parte del pasado. Constituyeron un referente artístico en la URRS de 1910 a 1990, especialmente en el último tercio. Hoy como recuerda Groys son un fenómeno artístico cerrado. Un cementerio más de los muchos que existen en la galaxia del arte. Hasta el 11 de enero del 2009 tendremos la oportunidad de analizar el arte surgido en Moscú en unos años cerrados, en los que sin embargo, los conceptualistas se empeñaron en abrir ventanas y resquicios que propiciaban un cambio que empezó a ser posible en 1991.
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