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"Diccionarium Aelij Antonij Nebrissensis" (Madrid, 1758)
30.10.16 - Escrito por: Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
Nuestro Libro de la Semana pone de manifiesto el interesante patrimonio bibliográfico que atesora la Biblioteca Histórica Aguilar y Eslava, y que tratamos de dar a conocer a través de estas reseñas semanales, acercándonos a algunos de los volúmenes que ocupan los anaqueles de sus impresionantes armarios. Hoy navegamos por las hojas del "Diccionarium Aelij Antonij Nebrissensis", dado a la estampa en Madrid en 1758, con privilegio en la oficina de Manuel Martín, sita en la calle del Arenal, esquina a la de la Zarza, y a su costa.
En el pie de la portada se indica que "se hallará en las lonjas de Don Joseph Térroba y Texada, calle de Atocha, junto a San Sebastián, y en la calle Imperial, más abajo de la cárcel de Corte". Lugares urbanos madrileños que nos llevan a la compra de libros en aquella época.
El Diccionario bilingüe latín-español, obra del humanista Elio Antonio de Lebrija, fue publicado por primera vez en Salamanca en 1492. El objetivo del Diccionario, declarado por Nebrija en el prólogo, era mejorar el conocimiento del latín entre las personas cultas. Creía Nebrija que el latín medieval se había degradado con respecto al clásico y aspiraba a devolver a la lengua latina su pureza original. Además, se razonaba que saber latín era la puerta de entrada a todos los conocimientos humanísticos.
El referido Diccionario es considerado muy sistemático en su organización, distanciándolo de los repertorios lexicográficos medievales, muy preocupados de explicar las palabras difíciles u oscuras. En él se ve, según los críticos, todo un caudal léxico de la lengua latina, que a pesar de lo ingente del trabajo el cotejo de su diccionario con otros diccionarios latinos anteriores ha hecho ver que el repertorio nebrisense no depende en lo esencial de ninguno, por lo que ha llevado a los estudiosos a pensar que no partió de ningún otro diccionario, sino que lo realizó a partir de su propio conocimiento del latín y de su buena memoria.
Gozó el Diccionario latino-español de un éxito inmediato y continuado a lo largo de los siglos, como lo demuestra la edición que presentamos. El privilegio de publicación duró hasta finales del XVIII, siendo un elemento clave en su éxito la constante renovación y enmienda de los contenidos. Famosa resultó la realizada por López de Rubiños, de la que existe un ejemplar (reedición de 1778) en el fondo antiguo del Instituto-Fundación.
El impresor, Manuel Martín, confiesa, en una advertencia al lector, que cuando decidió costear esta obra procuró con todo su esfuerzo darla correcta "en el modo posible", presentando para sus licencias la que se imprimió en el año 1751, que la juzgaba la más fiel por haber salido de una de las mejores imprentas de la Corte, pero la experiencia le demostró todo lo contrario, al hallar en los primeros pliegos infinidad de erratas, obligándole a suspender la impresión. Al final localizó un ejemplar de una tirada realizada en Madrid en el año 1622, que al parecer era la menos "imperfecta". Luego de adquirir la licencia empezó su corrección, pues solo en tres páginas encontró más de cincuenta erratas. Salvados los errores, reconoce que en esta nueva edición no faltarán algunos, para los cuales espera que se disculpen, "hecho cargo de que regularmente no igualan las fuerzas a los deseos".
Antonio Martínez de Cala y Xarava (Lebrija, Sevilla, 1441; Alcalá de Henares, 1522), más conocido como Elio Antonio de Nebrija o de Lebrija, estudió en la Universidad de Salamanca. Cuando tenía 19 años se trasladó a Italia. Ingresó en el Colegio de San Clemente de Bolonia el 2 de marzo de 1463 para estudiar Teología, gracias a una beca del obispado de Córdoba. Continuó sus estudios durante diez años más en la Universidad de Bolonia. De vuelta a España adopta el sobrenombre de "Elio" y trabaja en Sevilla para el arzobispo Fonseca.
Nebrija ocupa un lugar destacado en la historia de la lengua española, por ser el autor, en 1492, de la primera gramática castellana (dedicada a la reina Isabel la Católica), de un diccionario latín-español de ese mismo año (nuestro Libro de la Semana) y de otro español-latín hacia 1494, con relativa anticipación dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares. Consideraba el latín como lengua superior a las otras, y por ello cuanto más se acerca una lengua al latín es más perfecta. Fue, además de humanista, historiador, pedagogo, gramático y astrónomo.
Se reproduce en el tratado un prefacio, bilingüe, a dos columnas, dirigido "Al muy magnífico y así ilustre señor don Juan de Zúñiga", en la interpretación de las palabras latinas en lengua castellana. Juan de Zúñiga y Pimentel (Plasencia, 1459; Guadalupe, Cáceres, 1504), noble español de la Casa de Zúñiga, último maestre de la Orden de Alcántara, arzobispo de Sevilla y primado de España, y uno de los grandes mecenas en su época. Fundó en 1494, en Villanueva de la Serena (Badajoz), el monasterio de San Benito, conocido como palacio prioral, donde se recogió con tres frailes y tres caballeros de su orden. Recibió del papa las mismas inmunidades que tenía el convento de Alcántara. En su monasterio se dedicó al estudio bajo la dirección de su protegido el maestro Antonio de Nebrija, quien le dedicó su "Diccionario latino-español". Zúñiga se interesó por el derecho, la teología, la astrología y la música.
El texto que encontramos en la primera página del volumen es el titulado EL REY. Una cédula de autorización (de Fernando VI) dada en Aranjuez el ocho de agosto de mil setecientos cincuenta y ocho, y firmada bajo su mandato por Agustín de Montiano y Luyando. En ella se escribe que el impresor de esta Corte, Manuel Martín, ha obtenido licencia para la reimpresión del libro intitulado "Vocabulario Latino-Hispano" del maestro Antonio de Nebrija, concediéndole privilegio por diez años. Se dice que se haga "en papel fino", y que debe ser por el original que se examinó en su Consejo, y que se tase el precio a que se ha de vender.
Se subraya en el documento oficial que al principio del primer pliego se ha de poner la licencia real, la aprobación, la tasa y las erratas, so "pena de caer e incurrir en las contenidas en las pragmáticas y leyes de estos reinos, que sobre ello tratan y disponen". Se ordena que "ninguna persona, sin licencia del expresado Manuel Martín, pueda reimprimir ni vender el citado libro", siendo el castigo la pérdida de todos los ejemplares, moldes y pertrechos, además de una multa de "cincuenta mil maravedís, y sea la tercia parte de ellos para la mi Cámara, otra tercia para el juez que lo sentenciare y la otra parte para el denunciador".
El documento real finaliza con: "vean, guarden, cumplan y ejecuten esta mi cédula y todo lo en ella contenido". Lo dirige a su Consejo, presidentes, oidores de Audiencias, alcaldes, alguaciles de su casa, Cortes y Chancillerías y a todos los corregidores, asistentes, gobernadores, alcaldes mayores y ordinarios y otros jueces, justicias, ministros y personas de todas las ciudades, villas y lugares "de estos mis reinos y señoríos y a cada uno y cualquier de ellos en su distrito y jurisdicción".
La "Fe de erratas" (Fides correctoris) viene firmada por D.D. Emmanuel González Ollero (A.C.M. Generalis Corrector) en Madrid, a treinta de junio de 1758, y la tasa por Joseph Antonio de Yarza, secretario del Rey, en fecha ocho de julio del mismo año. Está incorporado en la paginación el "Dictionarium propriorum nominum ex probatissimis graecae, et latinae linguae auctoribus concinnatum...".
También va agregado un Diccionario de romance en latín, "añadidos en esta última impresión pocos vocablos, porque en el primero del latín se han añadido innumerables muy importantes, que hasta hoy no se han impreso en este vocabulario, y hace enmendado de infinitos vicios y errores que tenía de la imprenta".
Las últimas cinco páginas las forman un compendio de algunos vocablos arábigos introducidos en lengua castellana, continuamente usados, puesto por orden alfabético y recopilados por Francisco López Tamarid, racionero de la Santa Iglesia de Granada, familiar e intérprete de la lengua arábiga en el Santo Oficio. Está visto por el licenciado Alonso del Castillo, intérprete del Rey. Finaliza la recapitulación con nombres de ciudades, villas, lugares y de algunas puertas, plazas y montes. Lo firma el maestro don Guillermo Ochasa y lo dirige "al lector bien intencionado".
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLEVA
Libro de la Semana:
Antonio de Nebrija (1444-1522)
Diccionarium Aelii Antonii Nebrissensis ... praeter Joannis Lopez Serrani ... labores ... / opera M. Joannis Alvarez Sagredo ... posita sunt etiam omnia recognita ... á ... Petro Ortiz de Liviando ... quae omnia in hac ultima editione accuratius revisa.-- En Madrid : en la oficina de Manuel Martin y a su costa ... : se hallará en las lonjas de Don Josep Terroba y Texada ..., 1758.
[12], 776 p. ; 29,00 x 20,00 cm
Por 2 tint.
Enc. perg.
Materia/género: Lengua Latina -- Diccionarios.
Otros responsables:
Álvarez Sagredo, Juan.
López Serrano , Juan.
Martín, Manuel, imp.
Terroba y Tejada, José, ed.
Lugar: España -- Madrid
Sig. Top.: 3830
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