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DESDE LOS MIRADORES: EN CALIENTE
UNA SECCIÓN DE RAFAEL VALENTÍN VILLAR-MORENO - Escrito por:
Son más de la una de la madrugada del día 4 de septiembre, o mejor dicho ya es día 5. El cortejo de carrozas que acompaña Nuestra Patrona aún discurre por la Avenida de José Solís, este desfile que pudo ser brillante y colorista pasa como una sombra desvaída y gritona, por una Avenida semivacía, de lucimiento nada. Lo que pudo ser no ha sido.
Convendría hacer un análisis de las causas que motivan que el desfile de caballistas y carrozas que sobre papel es uno de los festejos fuertes del programa sea en la realidad todo lo contrario, y lo de festejo fuerte no lo digo de forma gratuita, y digo corriendo el riesgo que toda afirmación conlleva, que es el de mayor participación popular, y el que mayor aportación económica tiene por parte del bolsillo de sus participantes. Poner en la calle con el lujo de todos sus complementos una cabalgadura o una carroza vale… y parte del otro. Este esfuerzo merece una mejor recompensa.
La principal causa de la deshora sólo es achacable a la causa principal del festejo que la procesión de llegada de la Virgen, la Archicofradía que atiende y así debe hacerlo al fruto espiritual de la bajada, ha ido retrasando la hora de llegar a los Arcos, y no por ningún capricho sino por pura necesidad. La parada en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo, ha sido revestida de la solemnidad que requiere, la parada en el Asilo debe ser mínimamente generosa, el mismo paso de los costaleros por la larga Avenida de Andalucía, hoy tan habitada, debe ser reposado.
Así, puntualmente a las 10,30 de la noche Nuestra Señora era recibida en los Arcos. Dos horas después estaba a la altura de la calle Córdoba. Esto es así. Y esa es la realidad, porque ¡por Dios como vamos a meterle prisa a la Virgen!, lo que habrá que hacer es utilizar el tiempo que hay entre la hora en que entraba hace unos años, cuando no existían los condicionantes que arriba relato, y utilizarlo en que desfile el acompañamiento.
Esto necesitará algunos cambios, y planteará algunas demandas. Es posible que el acompañamiento quiera desfilar ante la Virgen, ¡perfecto! se busca el lugar adecuado y van pasando a paso de cortejo, ¡que no es lo mismo que a paso de procesión!
De esta manera la ingente cantidad de personas que desde antes de las 9 se dan cita en el recorrido están entretenidas y gustosas, y los jinetes y los ocupantes de las carrozas tan satisfechos, y al final todos contentos.
Y como colofón decir que a la carroza de la reina y damas habría que situarla como mejor el protocolo ordene, y si pueden arropar a la Alcaldesa en la entrega de la vara y el ramo, casi mejor.
De la batalla de flores mejor no hablar, porque lo que no puede ser, no puede ser, máxime si además es imposible.
Rafael Valentín Villar-Moreno
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