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Un concierto atípico de dos músicos excepcionales egabrenses en Granada, el 23 de octubre de 2015
25.10.15 - Escrito por: Rafael Nieto López
Existe en Granada desde Mayo 2013 una Asociación de Músicos, denominada SINFONENDO, un juego de palabras que quiere decir, un lenguaje musical (sinfonía) y el médico (fonendo) cuya actividad consiste en llevar la música a los recintos hospitalarios, en un Proyecto de Música Solidaria, con la intervención de profesionales de distintos instrumentos, pertenecientes al Conservatorio Profesional de Música "Ángel Barrios", sede de la misma, al que se han unido como colaboradores profesores de la Orquesta Ciudad de Granada (O.C.G.), del Conservatorio Superior "Victoria Eugenia" y otros, cuales son los músicos de este concierto.
En su corta existencia ya han actuado en los hospitales granadinos y residencias de ancianos, llevando conciertos solidarios ante colectivos desfavorecidos, por sus enfermedades, discapacidad o senectud, que les hacen imposible asistir a una sala de conciertos, en plenas facultades físicas.
Esta Asociación SINFONENDO está haciendo una labor impagable, supliendo esta falta, amenizando con unas veladas musicales a los pacientes o residentes de los centros señalados.
Incluso han traspasado las fronteras granadinas y este pasado verano una embajada musical de SINFONENDO ha viajado hasta las Islas Canarias, haciendo su labor en distintos centros hospitalarios y residencias infantiles de Gran Canaria, Tenerife, etc.
Ayer día 23 de octubre, SINFONENDO hizo acto de presencia, a las 12:30 horas, con un Concierto, en el Hospital de "San Rafael" de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, un día muy significativo para la Orden, pues recibió por la tarde en el Teatro "Campoamor" de Oviedo el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2015, por su labor asistencial.
Este concierto fue atípico, no por su calidad, sino por el lugar en que se desarrolló, el Hall del Hospital y por un público compuesto por chicos y chicas, que están recuperándose de enfermedades u operaciones que conllevan una serie de discapacidades funcionales físicas, que necesitan el concurso de unos cuidados especiales, que les son facilitados por médicos especialistas y sus cuidadores, que los acompañaban. Este público que no era la primera vez que escuchaba agrupaciones musicales, ya ha oído varias, en un comportamiento ejemplar, pese a sus carencias, demostraron una atención que ya quisieran tenerla el de muchos conciertos normales. Qué caras de satisfacción, cómo se les veía disfrutar y qué silencio tuvieron durante el desarrollo del recital, cosa que al verlos llegar al mismo, algunos en sillas de ruedas, era impensable que fueran a tener tal comportamiento.
¿Qué pensarían aquellas mentes, escuchando a los intérpretes que les hacían gozar de un bien inmaterial, cual es la música, pese a las enfermedades que arrastran, por distintas causas? Para todos los que presenciamos este concierto ha sido una experiencia inolvidable.
Un DÚO DE VIOLÍN Y PIANO, compuesto por dos egabrenses, el excepcional violinista Carlos Rafael Martínez Arroyo y el afamado pianista José García Moreno, un lujo de intérpretes, el primero aún estudiante, que con sus 16 años, sigue su formación académica en el I.E.S. "Pedro Soto de Rojas" de Granada y en el Conservatorio Profesional "Ángel Barrios" con su profesor José Mª Fernández Benítez, dando clases magistrales con el famoso violinista Gonçal Comellas en Gerona y el profesor de piano José García Moreno, que ejerce su docencia en el Conservatorio Profesional "Maestro Chicano Muñoz" de Lucena, fueron los intérpretes de un concierto de gran altura, por las obras que hicieron, que los niños-as y otros asistentes escucharon sorprendidos.
Abrió la mañana Carlos Martínez que dijo estar contento por actuar allí y dio las gracias a los presentes por su asistencia, anunció las obras que iban a interpretar y él tocó la primera en un solo magistral, preludio de lo que vendría después. Le escuchamos el Grave de la Sonata nº 2 para violín solo de J. S. Bach, cosechando los primeros aplausos.
Después sonó la Sonata nº 1 en RE MAYOR para violín y piano nº 1 de Beethoven, que los dos paisanos bordaron en sus tres movimientos: I. Allegro con brío. II. Tema con variaciones. III. Rondó-Allegro. Sabemos que estas sonatas de Beethoven, el hacer de cada instrumento se reparte a un 50% y de ahí que se puedan denominar de violín-piano o viceversa. Y eso es lo que hicieron ambos egabrenses, mitad para ti y mitad para mí. Sonaron los bravos al terminar, aunque cada tiempo fue aplaudido. Y era normal tras la ejecución.
Esta sonata junto a la nº 5 "Primavera", también de Beethoven, tendremos la oportunidad de escuchárselas al dúo el próximo 27 de noviembre en el Teatro "El Jardinito", en un concierto extraordinario.
Después Carlos demostró quien es con el violín y nos ejecutó un espléndido Paganini, el Capricho nº 14 de su serie de caprichos. Los aplausos atronaron tras su exhibición.
Como los chicos querían más, no se iban, hubo que darles una propina, no se cansaban y Carlos les dijo que les iba a tocar un trozo de la banda sonora de la película "Los piratas del Caribe" que recibieron con satisfacción. Cómo les gustó. Tanto que un muchacho muy alto, con su "armadura metálica" correctora de su enfermedad, se atrevió a bailar ante el violinista, en un gesto de querer vivir con normalidad, lo que nos dejó a todos impresionados.
Y con este final tan emotivo, terminó este concierto en el que los dos egabrenses colaboraron con la Asociación SINFONENDO en su labor humanitaria. Ya Carlos lo había hecho anteriormente, pues formó parte de la expedición que se trasladó en agosto pasado a las Islas Canarias.
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