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"Poesías de la señorita D.ª Gertrudis Gómez de Avellaneda" (Madrid, 1841), donado por Juan Valera al Colegio-Instituto
06.09.15 - Escrito por: Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
Nuestro Libro de la Semana, "Poesías de la señorita D.ª Gertrudis Gómez de Avellanada", publicado en Madrid en 1841 y donado por Juan Valera al Colegio-Instituto en 1875, tiene verdaderas connotaciones sentimentales. A Valera le pareció pequeña Granada para darse a conocer y convenció a sus padres para ir a estudiar el tercer año de su carrera de Derecho en Madrid. Allí, dice Valera, "me paseé, jugué, hice versos, me enamoré de la Avellaneda..." y, claro, tuvo que preparar asignaturas para los exámenes extraordinarios. Después, los padres decidieron que volviese a Granada a terminar sus estudios universitarios, obteniendo el título de bachiller en jurisprudencia en el año 1844.
Los sentimientos amorosos que Valera sufrió por la literata quedan reflejados en su poema Lelia (1842 o 1843) que, según él, "fueron escritos para D.ª G. G. de A., a quien requerí de amores estando en Madrid". Lelia y Stenio son los personajes de una novela de George Sand, seudónimo de Amandine Aurore Lucile Dupin, baronesa Dudevant (París, 1804 - Nohant, 1876) que sirvieron al joven don Juan para hacer una traslación argumental de su historia romántica. Muy ardientes resultan los versos del poeta en Lelia: "Tu voz vibrante y pura, / como los ecos del laúd sonoro, / que derrama un torrente de ternura, / arranca de mi pecho un "yo te quiero"; / y de tus puros labios encarnados, / en dulce miel bañados, / libar quisiera el encantado acento / antes que se difunda por el viento".
Gertrudis Gómez de Avellaneda (Puerto Rico, Cuba, 1814 - Madrid, 1873) era diez años mayor que Valera y lo que consiguió de ella fue solamente el que le llamara "mi gracioso filósofo"; si bien es verdad que en el año 1869 le formularon una interesante propuesta sobre los trabajos de su admirada Gertrudis. Propuesta que no llegó a buen fin. Ya lo presagiaba en una carta que dirigía a Gumersindo Laverde el uno de febrero de ese año: "Creo que mi prólogo a las obras completas de la Avellaneda habrá de quedarse en ofrecimiento, porque no tengo ni tiempo, ni reposo, ni humor de escribirle. Menos tiempo tendré aún en cuanto empiecen las tareas parlamentarias".
Como desagravio Valera escribió un artículo de crítica literaria con el titulo "Poesías líricas de Gertrudis Gómez de Avellaneda", publicado en diciembre de 1869. Lo iniciaba con la excusa de no haber llevado a cabo tan prestigiosa propuesta: "La célebre poetisa cubana está haciendo una edición completa de sus obras, de la cual acaban de ver la luz pública los dos primeros volúmenes. Quien escribe este artículo, aunque poco o nada merecedor de tan alta honra, recibió y aceptó, tiempo ha, de la señorita de Avellaneda el lisonjero y difícil encargo de escribir un prólogo general que fuese al frente de la mencionada edición; pero otros quehaceres y cuidados, juntos a la desconfianza que no logró vencer, de que bastasen sus débiles fuerzas y su marchito ingenio a dar cima al trabajo crítico que tan notables obras requieren, impidieron que cumpliese su palabra, y le hicieron desperdiciar una ocasión, que tal vez no vuelva a presentarse nunca, de salvar su nombre del olvido y de legarle a la posteridad más remota".
En su ensayo literario, Valera promete que será "razonable y atinado, sin hipérboles absurdas, y como ella es digna de ser juzgada". Sin embargo, sus comentarios sobre la "egregia e inspirada poetisa" dejan traslucir ciertas emociones en el análisis de la actividad literaria de doña Gertrudis, una voz singular procedente de la perla de las Antillas a la que sigue admirando: "Una mente y un corazón como los que posee la señora de Avellaneda no decaen, ni se agostan, ni se marchitan, aunque pase la juventud del cuerpo, aunque se acabe la primavera de la vida. Antes bien se educan, se mejoran, se perfeccionan y se hermosean, creciendo todas sus facultades con progreso e incrementos infinitos, y depurándose y santificándose de todas sus aspiraciones y pensamientos".
Menciona Valera en su estudio a Juan Nicasio Gallego, prologuista del primer trabajo que publicó doña Gertrudis y que constituye nuestro Libro de la Semana. Juan Nicasio Gallego (1777/1853), poeta de la Ilustración y de gran importancia en la transición del Neoclasicismo al Romanticismo resalta en su texto preliminar que las cualidades que más caracterizan las composiciones de Gómez de Avellanera son "la gravedad y elevación de los pensamiento, la abundancia y propiedad de las imágenes, y una versificación siempre igual, armoniosa y robusta".
En su tiempo, Gertrudis Gómez de Avellaneda fue considerada como una de las mejores expresiones del movimiento romántico. A los estudiosos actuales le siguen interesando su vida y su obra, como se demuestra en los numerosos trabajos de investigación publicados en estos últimos años. Sus personales circunstancias biográficas, su apasionado carácter, su generosidad y su marcada rebeldía frente a los convencionalismos sociales, que la llevó a vivir de acuerdo con sus propias convicciones, la apartan de la mayoría de las escritoras de su época, convirtiéndola, para muchos, en precursora del movimiento feminista en España.
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:
Gómez de Avellaneda , Gertrudis (1814-1873)
Poesías de la señorita D.ª Gertrudis Gomez de Avellaneda.-- Madrid : [s.n.], 1841 (establecimiento tipográfico, calle del sordo num. 11).
XXII, 213, [3] p. ; 15,00 x 11,00 cm
Antep.
Donado por Juan Valera al Colegio-Instituto Aguilar y Eslava, 1875
Enc. hol.
Materia/género: Poesía española -- S. XIX.
Lugar: España -- Madrid
Sig. Top.: V.5.2.30.
[201536asc]
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