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A mi vecino de arriba
25.08.2008 - Escrito por: Felipe Osuna Manjón-Cabeza
Cabra, 24 de agosto de 2008
Querido bloguero que escribes a tu justa manera, quisiera felicitarte con estas líneas por haber decidido asomarte de nuevo a tu ventana, aquella que apedrearon vilmente hace cinco meses gentes de barro y caña. Desde tu retiro, el panorama general ha ido mejorado en las formas, pero no en el contenido. Este pueblo sigue igual de parado que entonces. Ya te dije en alguna ocasión que llevábamos sin publicar noticia alguna sobre la creación de empresas de gran calado en esta ciudad, antes villa, desde abril de 2007 y hasta el momento, todo sigue igual. Sabes de sobra que nuestros parques envejecen a la velocidad del viento como presos de un conjuro maligno, mientras que el hada del bosque sigue sumida en un mundo imaginario donde todo es utopía y nubes de algodón. Aquí, en el suelo, la realidad es bien distinta: árboles podados como si fueran camino del aserradero, hierba de 20 centímetros para que paste el ganado, basura y más basura en un parque al que el siglo XXI le está viniendo largo. Gentes esquivando jaramagos de gran altura que florecen en las aceras, chavales en el Paseo huyendo de ratas como conejos, pulgas desfilando por el adarve de la Villa y veintunamil historias más para poder afirmar que Cabra avanza en el protocolo pero retrocede en calidad de vida.
Y para responderte a otra cuestión que me comentabas ayer tarde, te diré que no he tenido en cuenta los comentarios contra mi persona de los que me informabas. Aquellos hombres verdes con escamas «apoltronados en sus butacas» que argumentan un supuesto plagio salido de mi puño, no merecen contestación por una razón muy sencilla: tengo que estarles gratamente agradecidos por la contribución en pro de la difusión de la información vertida en esta página. Si La Opinión ya se ha convertido de por sí en el diario egabrense de mayor seguimiento -según nos indican los gráficos de sesiones, lecturas diarias y referencias explícitas en otros medios- tenemos que tener en cuenta otro dato que nos llena de satisfacción y es que a lo largo del verano apenas se ha notado el descenso típico de lecturas ante las vacaciones. La labor centrada en el desprestigio por parte de gentes que deberían callar y centrarse en su propio dominio (salvo que pretendan convertirlo en titular) aporta su granito de arena para incrementar nuestra audiencia, que al fin y al cabo, es lo que importa ante la apuesta informativa. A las pruebas me remito.
Y cambiando de asunto para no aburrirte con dilemas sin importancia, he de comentar que los nuevos aires que iban a llegar a Cabra huelen a podrido procedente de la Tejera, donde todo es vergüenza y nula gestión. Un suelo, un lugar en el que se aprecia que los políticos del gobierno llevan meses sin acudir, tantos como llevaba el que escribe sin pisar el patio de naranjos. ¡Menuda impresión nos llevamos al bajar las escaleras! La desidia y las falsas promesas se huelen, sí se huelen y de forma insoportable, palmo a palmo del lugar. Lástima de pueblo que ve empobrecer sus rincones de la noche a la mañana. Lástima de aquellos que deciden realizar un lavado de cara cuando llegan las fiestas y viene la gente de fuera. ¿Para esto quería la gente un cambio? Una pena.
No quisiera despedirme sin animarte a que sigas dejando tu huella, que a nadie deja indiferente, en estos lares donde la realidad se ve de otra forma, la que marca nuestra propia independencia y libertad. Un saludo.
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