|
40 segundos
18.08.2008 - Escrito por: Eduardo Luna Arroyo
Reconozco que ese tipo no me gustaba, una de aquellas noches en las que bajé a Epopeya, Freddy Scout, un viejo conocido de esa cárcel iluminada a oscuras bajo tierra como es nuestra estación vital, estaba cenando el postre que habían dejado en la basura los dueños del Hotel Santana mientras contaba, como si de una historia de terror se tratase las malas artes de Richard Hyde. Este individuo llegó a la ciudad empujado por los guardias de seguridad de la última guardería de niños ricos que había al otro lado del puente, después de haberle contado a un de aquellas niñas, Jessie, un cuento para no dormir con la mano entre sus piernas. Estaba acusado de destrozar la dulce vida de niñas y niños amparado en las manos de un maldito abogado que defendía sin escrúpulos a este ser mundano y cruel. Me senté en un banco de Epopeya a esperar el metro que nunca llegaría y comencé a leer la prensa de la semana anterior, porque esta sólo había traído malas y decepcionantes noticias, entre ellas que Greta Brown instó de nuevo a sus jueces para que cerraran el dulce hogar de los nuestros. Entusiasmado con las viñetas, noté como alguien se sentaba a mi lado, no pegado a mí, pero si a mi lado. Volví la mirada y vi los ojos del placer incontrolado, era Hyde y estaba conmigo, sin respiración seguí leyendo y a los diez segundos comenzó a cantar una nana con una voz que helaba la sangre, “ya está encerrada, la niña está encerrada, sólo quedan 40 minutos, 40 minutos, 40 minutos…..”
Conociendo el historial y conociéndome a mi mismo, reaccioné rápido y pregunté, que cantas? De que hablas? ¡!!!Maldito seas, deja de cantar!!!?. Él sólo reía y reía con una mirada azul penetrante y un peinado de los años 20 y el perfume que llevaba consigo era olor a lágrimas desesperadas de niña. 40 minutos, 40 minutos, 40 minutos y cantaba y cantaba. Me señaló un recorte de periódico, “Sara Tyler, una niña de 8 años desaparece en la ciudad”. No podía creerlo, me estaba retando, aquel sucio individuo me conocía y sabía que tendría popularidad si conseguía dar conmigo. Comencé a estresarme, un sudor frío mojaba mi corazón y mis manos no sabían interpretar la pesadilla. Cutty, se acercó a mí y como si trazara una línea roja entre nosotros sólo se paró en seco y retrocedió muy despacio. Qué significaría 40 minutos? 40 minutos de vida, 40 minutos desde el abuso, 40 minutos hacía de su muerte, 40 minutos para poder salvarla, que era demonios?. Hyde, estaba frío y sólo desprendía el olor de ese perfume de niña rica pero inocente. Dónde está Sara Tyler? Qué quieres de mí? El rostro le cambió cuando pronuncie el nombre de la pequeña. Tienes 40 minutos para salvarla, está dentro de tu mente y fuera, vuela hacia el sur y sigue el olor de la vida recién sembrada. Dentro de mi mente, sur, olor, vida recién sembrada. Me quedaban sólo 30 minutos. La niña vivía en el sur, en una gran mansión dónde había una plantación y la vida recién sembrada germinaba en el vientre de su madre embarazada. Llamaré a….a nadie es una historia más para escribir y no implicaré a nadie. En quince minutos llegué a su casa, sus padres habían regado con sus lágrimas y su dinero el jardín de la desesperanza. Le expliqué todo lo sucedido y no me creían. Sur, vida, recién, olor. Eso era, el olor de las manos sucias de Hyde. Al entrar a la casa, percibí ese olor, venía de la parte de atrás dónde cuidaban todos los coches lujosos del padre de Sara. En un cuarto pequeño y subterráneo, escuché la melodía de la canción que tarareaba Hyde, solo quedaban 5 minutos y la niña no aparecía y además no sabíamos que hacer. Abrimos la compuerta de aquel zulo y allí estaba el vestido de Sara, y su pequeño joyero con música, el último que se puso antes de ser abrazada por la psicosis de Hyde. No quedaba tiempo, pero en la pared de aquella pesadilla, alguien había escrito un mensaje. A quién lea esto, le daré una segunda oportunidad, 40 minutos más. Busquen en su interior y hallarán la respuesta, la niña es mía, sólo mía. Nos quedan 40 minutos, la única pista que tenemos es nuestro interior, busquemos pues…….
|
|
|
|
|
|